No es imprescindible saber bucear para nadar sin miedo, de hecho muchas personas nadan sin miedo pero no bucean, bien porque les cuesta mucho sumergirse ( no saben sumergirse y lo ven difícil ) o bien porque tienen miedo a desplazarse por el fondo o simplemente no le ven ningún atractivo o ventaja a bucear.
Sin embargo, las personas que tienen miedo, aunque no todas, sí algunas de ellas necesitan aprender a bucear para quitarse el miedo a nadar en zona profunda.
Las que renuncian a bucear generalmente es porque son ya de una cierta edad que les limita la posibilidad de aprender esta habilidad para poder sumergirse y desplazarse por el fondo o no siendo tan mayores tienen alguna limitación física, que les dificulta mucho poder sumergirse, como por ejemplo si tienen demasiada grasa corporal.
Cuanta más grasa corporal es más difícil hundirse. O si no se tiene demasiada grasa, pero está muy concentrada en la cadera-muslos por ejempo, también es difícil sumergirse. Además si padecemos algún problema en las articulaciones ( en los hombros por ejemplo ) los movimientos son más limitados, lo que también dificulta la tarea de sumergirse y mantenerse en el fondo.
Bucear hace posible la familiarización con el fondo, necesaria para conseguir un mayor dominio del medio acuático. Dominio que da más confianza y seguridad en uno mismo.
Por lo que es importante en los adultos con miedo al agua que también trabajen el buceo a pulmón. Lo demuestra el hecho de que algunos cuando aprenden a flotar de pie en zona profunda todavía no se sienten seguros. Ni tampoco cuando nadan en zona profunda. Cuando aprender a flotar de pie y aprender a nadar no es suficiente para nadar tranquilos y seguros en zona profunda entonces hay que trabajar las inmersiones y el buceo.
Saber sumergirse y bucear da mucha confianza en el medio acuático. Verse en el fondo y saber salir con calma y a continuación flotar de pie otorga mucha seguridad. Es decir, combinar estas tres habilidades, a saber: sumergirse + bucear + flotar de pie, debe ser suficiente para que un adulto con miedo a la zona profunda pierda el miedo y se sienta seguro en ella.
Para quitarse el miedo a estar en el fondo, tanto en zona poco profunda como profunda, es necesario aprender una serie de habilidades acuáticas que nos permitirán relacionarnos con él. Impulsarse con apoyo del propio fondo o del borde de la piscina, tecnicás de inmersión, etc.
Además, el aprendizaje de estas habilidades puede llegar a ser muy divertido. Lo primero que hay que aprender es a sumergirse de cabeza en zona poco profunda. Esto lo podemos conseguir impulsándonos directamente desde el bordillo como ya henos dicho, para comprobar que estando abajo en apnea, aguantando la respiración, no pasa nada. Al contrario, nos damos cuenta que abajo, en lo profundo, hay todo un mundo por descubrir. No es lo mismo estar arriba, en la superficie, que abajo, en el fondo.
Después podemos practicar las inmersiones, jugando. Aprendiendo a sumergirnos con el salto del delfín, a pasar a través de un aro, jugar a sentarnos en el fondo, haciendo el túnel con un compañero, tocar el fondo con las manos, sacando objetos del fondo, etc.
El siguiente paso sería acercarse a la zona de transición ( zona-frontera que limita la zona poco profunda con la profunda ). En esta zona ya cubre un poco más, sin cubrir del todo todavía, por lo que es un poco más difícil sumergirse hasta el fondo. Pero con los ejercicios y juegos previos que hemos aprendido en zona poco profunda no nos costará tanto.
Por último viene la zona profunda. Hay que recordar que antes hemos debido aprender, en la zona poco profunda, a sumergirnos de cabeza sin apoyo del fondo y sin apoyo del bordillo para impulsarnos. Cuesta un poco, pero finalmente lograremos hundirnos de cabeza directos al fondo, sabiendo ya lo que hay que hacer con la respiración, con las piernas, etc.
El objetivo es sumergirnos y bucear en zona profunda. Aquí nos daremos cuenta que hay más presión y que cuesta más sumergirse y aguantar unas brazadas buceando. Comprobaremos que el agua nos empuja hacia arriba constantemente, con lo que nos daremos cuenta que permanecer en el fondo es más difícil de lo que parece y que, en realidad, el agua no quiere ahogarnos, todo lo contrario, lo que quiere es expulsarnos hacia arriba para que flotemos y podamos respirar.
El agua profunda la zona acuática profunda las profundidades quieren guardar celosamente sus secretos, su mundo interior y solo desvelará sus intimidades a aquél que respete sus condiciones, sus reglas de juego. De esto hablaré en otro artículo.
Finalmente, habiendo aprendido a sumergirse y a bucear un poquito, a jugar abajo en compañía del silencio que nos rodea y acompaña en el agua profunda, combinando todo esto con un nado correcto tranquilo y controlado y con las flotaciones verticales habremos conseguido el objetivo de superar el miedo al agua, en este caso, al agua que habita en lo profundo.
Esa profundidad que antes nos daba tanto miedo, ahora, tras haberla tratado con conocimiento, cariño, gusto y respeto, es nuestra mejor amiga, resultando acogedora y maravillosa.
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas, y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento del mes en curso o de la temporada.
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Muchas gracias por tu atención
Articulo muy interesante y donde me veo en algunos asoectos reflejada.