Tengo una alumna que ha tenido problemas en el agua debido a que le entra agua en la nariz. Sabe nadar, bucear, saltar incluso acompaña a su marido al mar a hacer moto acuática. Por si le pasa algo, poder auxiliarle.
Pero ha tenido que dejar de meterse en el agua debido a que últimamente le entraba agua en la nariz cuando saltaba , buceaba o nadaba.
Esto le provoca un gran agobio, hasta que ya ha dejado de meterse en el agua.
Algo estaba fallando, una de las cosas que pude comprobar hablando con ella es que no tenía muy claro cómo se debía respirar en el agua y que cuando saltaba le entraba agua en la nariz agobiándole mucho.
Decidimos trabajar la respiración y la introducción de la cabeza en el agua de forma aislada, es decir, sin hacer otra cosa que respirar. Haciendo ejercicios respiratorios agarrada al bordillo, sin hacer nada más.
Enseguida pude comprobar un rechazo a meter la cabeza en el agua, mucha tensión en su semblante. Cuando metía la cabeza en el agua enseguida le entraba por la nariz.
Empezamos con las exhalaciones por la nariz. Metiendo la cabeza en el agua solo un poco, al mismo tiempo que debía soltar aire con fuerza por la nariz haciendo burbujas. Al principio no le salía a penas aire.
De vez en cuando, de repente dejaba de salir aire por la nariz y sacaba la cabeza rápidamente, porque le estaba entrando agua por la via aérea.
Pude comprobar que inhalaba agua involuntariamente por la nariz, sin darse cuenta. Había que hacer más consciente la respiración y debía estar muy atenta para evitar esas inhalaciones involuntarias.
Al principio, como he dicho, le salía muy poco aire. Me dijo que tenía muy poca capacidad pulmonar, pero todo el mundo tiene una gran capacidad pulmonar, el problema es que no se trabaja la respiración lo suficiente como para poder desarrollarla al máximo. Trabajándola adecuadamente podemos descubrir la gran cantidad de aire que expulsamos dentro del agua. Ella no iba a ser una excepción.
Poco a poco empezó a expulsar el aire por la nariz logrando soltar cada vez más. De vez en cuando, de repente, se le cortaba la respiración y de nuevo le entraba agua en la nariz, que era lo que pasaba cuando nadaba. Fuimos muy despacio haciendo conscientes esos momentos y cortandolos de raíz. Simplemente cada vez que le ocurrirera debía sacar la cabeza del agua, recuperarse y empezar de nuevo.
Con paciencia fuimos ajustando la respiración y cortando rápidamente los vicios que había adquirido de forma inconsciente inhalando agua por la nariz. De manera que cada vez prolongaba más la respiración mientras la hacía bien y la dejaba cuando notaba que le entraba agua.
Tuvimos que trabajar también la apnea. Los momentos de aguantar la respiración le agobiaban, sentía que se ahogaba, pero tenía los pulmones llenos de aire. Sin duda, le venían a la mente las malas experiencias que tuvo, y en seguida su cuerpo reaccinaba para que abandonara el ejercicio y sacara la cabeza fuera del agua.
Seguimos trabajano con paciencia la apnea, ya cada vez podía aguantar más sin que se agobiara mucho ni le entrara agua por la nariz.
Todo esto lo hicimos en varias clases, lógicamente, siempre buscando nuevas sensaciones agradables y eliminando cada vez más las agobiantes y desagradables. Ajustando la respiración a sus necesidades y a sus sensaciones.
Poco a poco, en el transcurrir de varias clases, su semblante fue cambiando y ya se lo podía ver la cara mucho más relajada. Metía la cabeza en el agua sin ningún rechazo inicial, podía respirar mejor y ya era capaz de expuldar un montón de burbujas por la nariz. Estaba recuperando su capacidad pulmonar, lo que indicaba que cada vez estaba más relajada, ya no le oprimía el pecho como me contó al principio que le sucedía.
Trabajamos también la respiración sumergiendo la cabeza cada vez más cerca del fondo, es decir, a más distancia de la superficie, con lo que la presión es mayor y es más fácil que entre agua por la nariz. No olvidemos que estamos haciendo todo este trabajo siempre agarrados al bordillo y en zona poco profunda.
Sin embargo, ya no fue problema sumergirse más mientras expulsaba el aire cada vez con más facilidad y cerca del fondo. La apnea costó un poco más pero finalmente haciéndolo despacio , poco a poco, también logró aguantar la respiración cerca del fondo sin que se agobiara ni le entrara agua por la nariz.
Hay que seguir trabajando, ya que hay que dominar bien la respiración en todas sus facetas. Como hacer apneas inspiratorias y expieratorias, abrir la boca dentro del agua para comprobar que se queda solo en la boca, expulsar el aire por nariz y boca, expulsar el aire en fomas de golpes de aire, etc.
Con este trabajo hecho, ya se puede comenzar a flotar , a nadar , saltar, bucear ,etc. con confianza y tranquilidad, siempre sabiendo lo que debemos hacer con la respiración.
Cuando tenga dominada bien la respiración podrá volver a acompañar a su marido, tranquila y confiada de que si tiene que saltar al agua desde la moto acuática para ayudarle lo hará tranquila y segura de sí misma.
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