Últimamente estoy teniendo alumnos con miedo a meter la cabeza en el agua. Es un problema que se soluciona en el 100% de los casos pero no es fácil y hay que echarle un poco de imaginación adaptando la solución al problema específico que presenta cada persona.
La solución no es la misma para todos, ya que unos tienen miedo a tragar agua por la boca; otros a meter simplemente la cabeza en el agua; a otros les molesta mucho el agua en la cara; otros tienen miedo a que le entre agua en los oídos, otros tienen miedo a que les entre agua por la nariz; otros cierran los ojos al meter la cabeza en el agua incluso con las gafas de natación puestas, etc.
En relación con la respiración, a algunos las burbujas que hacen al soltar aire por la nariz dentro del agua les molesta mucho, otros al meter la cabeza en el agua aspiran agua sin querer, de forma inconsciente. A otros les cuesta mucho soltar el aire por la nariz dentro del agua, ya que eso les produce un gran malestar.
Meter la cabeza en el agua es fundamental para flotar, nadar, etc. Por lo que hay que conseguir superar cualquiera de estos problemas que he mencionado.
La respiración en el agua está intrínsecamente ligada a este problema. No siempre es la respiración, pero muchas veces es parte del problema. Por lo que trabajando la respiración podremos solucionarlo en gran medida. De todas formas, hay que escuchar atentamente al alumno y observar muy bien qué es lo que le pasa y cómo lleva a cabo nuestras indicaciones para asegurarnos que está haciendo los ejercicios, que le solucionarán el problema, correctamente.
Generalmente se necesitarán varias clases para solucionarlo. Hay que tener paciencia porque hay que recordar que el sujeto suele ser una persona adulta o mayor que ha estado toda su vida con este problema. Por lo que, una clase seguramente no sea suficiente, hay que tener paciencia y respetar su ritmo de aprendizaje.
Algunas veces ni el propio alumno tiene claro qué es lo que le pasa cuando introduce la cabeza en el agua, otros ni siquiera son capaces de meter la cabeza en el agua. Así que hay que, insisto, tener paciencia.
Las indicaciones tienen que ser muy claras y estar atentos a ver qué es lo que hace y cómo lo hace. Es importante preguntar para que explique cuáles son las sensaciones que tiene y qué es lo que le ocurre, ya que algunas veces las sensaciones que se producen en el rostro son muy confusas.
Cuanto más aclare su problema más información tendremos para solucionarlo.
Podría contar muchos casos, para que nos hagamos una idea, de lo que puede suponer el miedo a meter la cabeza en el agua.
Algunos alumnos en intensivos de 4h han necesitado casi todo el intensivo para superar el miedo a meter la cabeza en el agua, tal es el rechazo que les produce el miedo a meter la cabeza en el agua. En clases semanales hastas dos meses para superar este miedo. Puede parecer mucho tiempo pero en el fondo, no es tanto, teniendo en cuenta que han estado con ese miedo toda su vida.
Otros han necesitado condiciones del agua más asequibles como una temperatura más elevada del agua evitando el agua fría y una profundidad pequeña de la piscina para sentirse más cómodos. Estas condiciones más ideales para relajarse y estar tranquilos ayudan a resolver el problema.
Uno de los casos es simplemente miedo a meter la cabeza en el agua. Necesitará tiempo para meter la cabeza en el agua. Lo hará muy despacio muy poco a poco y cuando consiga meter la cabeza completamente puede que lo haga con los ojos cerrados, incluso con las gafas puestas. En este caso hay que invitarle a que haga el esfuerzo de abrirlos mirando primero su propio cuerpo, luego el entorno que le rodea dentro del agua. Agarrado al bordillo de la piscina haciendo este ejercicio se sentirá mucho más seguro.
Una vez se ha solucionado el problema ya se puede insistir más en el trabajo de la respiración, en todas sus facetas: espiración por nariz, por boca, nariz y boca, apneas, apertura de la boca dentro del agua, etc.
Superado el miedo y con un correcto control de la respiración ya podemos pasar a la siguiente fase que serán las inmersiones básicas ( sencillas inmersiones al fondo en zona poco profunda ) y luego a la flotación.
Por supuesto, ni que decir tiene, que desde el primer momento se deberán hace todos los ejercicios sin taparse la nariz y si taparse la boca con unas gafas de buceo. El trabajo de quitarse el miedo al agua se hace precisamente, no solo para quitarse el miedo, sino también para aprender a meter la cabeza en el agua sin necesidad de taparse la nariz ni la boca.
Te invito que leas el artículo de abril 2024 en el que trato el tema de la respiración en relación a una persona que sabía nadar, saltar , etc. pero que tenía problemas porque muchas veces le entraba el agua en la nariz.
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
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