Para trabajar con personas con miedo al agua no basta con enseñar ejercicios con tabla o con un churro. Hay que trabajar los fundamentos básicos de la natación y hay que enseñarlos adaptándolos a personas con miedo al agua.
No es suficiente generalmente con dar explicaciones de los ejercicios desde fuera del agua, algunas veces habrá que meterse en el agua para demostrar cómo se debe hacer un determinado ejercicio o movimiento.
Hay que dar seguridad y confianza al alumno y hay que explicar algunas cuestiones básicas como la respiración y por qué se debe respirar de una determinada manera y no de otra. Los adultos necesitamos entender las cosas, aunque sean muy básicas. Necesitamos darle sentido, una razón, una lógica a lo que estamos haciendo para sentirnos seguros.
En el agua, el cuerpo reacciona de una determinada manera según hagamos una cosa u otra y hay que estar preparado para esa reacción y hay que saber porqué ocurre.
Por ejemplo, por qué trago agua, por qué floto, por qué no floto, por qué se me hunden las piernas, cómo puedo evitar tragar agua, etc. Entender estas “pequeñas” cuestiones ayuda mucho a comprender por qué pasan algunas cosas en el agua. Entendiendo los porqués de estas situaciones ayudan bastante a tranquilizarnos.
Desde la ignorancia es muy difícil superar dudas y malas experiencias además de que nos hace sentir desconfiados e inseguros.
Todos necesitamos algunas certezas para comprender la realidad que nos rodea, de esta forma, aplicando la lógica y el conocimiento un adulto con miedo al agua se sentirá mucho más seguro.
Entender cómo se debe respirar bien y conocer las diferentes maneras que existen para respirar en el agua ayuda mucho a superar el miedo a meter la cabeza en el agua a evitar a que entre agua en la nariz ( sobre todo por qué entra) a quitarse el miedo a que entre el agua en la nariz, a aliviar la congestión o el picor del agua cuando ha entrado y llega a la garganta, etc.
Todas estas molestias son normales, algunas veces es inevitable que entre el agua en la nariz o traguemos agua por la boca, si hemos hecho algo mal. Lo importante es saber por qué ha pasado, de esta forma lo veremos como algo natural y no le daremos trascendencia.
De igual forma nos puede pasar con las inmersiones básicas. Podemos jugar con ellas en zona de poca profundidad para comprobar cómo reacciona mi cuerpo al intentar hundirse y comprender porqué lo hace de una determinada manera y no de otra.
Podré hundirme más o menos dependiendo de lo que haga con la respiración, de cómo coloque las piernas o la cabeza, de si estoy tumbado, sentado o de pie, con las piernas delante o detrás. Si saco los brazos fuera del agua o los tengo dentro. Si encojo las piernas o las tengo estiradas. Por lo tanto es importante saber por qué me hundo con más facilidad o por qué no me hundo.
De igual manera es importante saber por qué floto o por qué no floto. Si no tienes una buena flotabilidad es natural que te hundas, pero eso no significa que no sabes flotar. Simplemente no flotas porque está en la naturaleza de tu cuerpo, en el tipo de físico que tengas. No flota lo mismo una mujer que un hombre ni un niño que un adulto. Ni un individuo del tipo ectomorfo ( delgado ) flota igual que el del tipo endomorfo ( gordo ) ni que el del tipo mesomorfo ( atlético ). Ni se flota igual en el agua de una piscina que en el mar, ni en zona poco profunda que en zona profunda, etc.
Estas cosas básicas hay que conocerlas para entender y así estar en el agua con normalidad, sin dudas ni pensamientos negativos que nos impidan evolucionar en el medio acuático de forma tranquila y natural.
El miedo va desapareciendo según vayamos conociendo y entendiendo por qué ocurren las cosas que nos ocurren en el agua.
Por lo tanto, es importante conocer los fundamentos tanto desde el punto de vista teórico como práctico aplicándolos con los ejercicios oportunos.
El uso del material auxiliar
Nosotros evitamos el uso abusivo del material auxiliar como la tabla o el churro por ejemplo. Porque el material flotante impide sentir las sensaciones naturales que tiene el cuerpo de flotar, hundirse, desplazarse, equilibrarse, etc.
Sentir estas sensaciones es fundamental para tomar conciencia de lo que nuestro cuerpo es capaz de hacer en el agua de forma natural, sin necesidad de ningún tipo de flotador.
Un poco de teoría práctica y un buen trabajo de los fundamentos como la respiración, la colocación del cuerpo, la flotación en relación con la respiración, etc. hará que el miedo en el cuerpo vaya desapareciendo para siempre.
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