El otro día, a pie de piscina y justa antes de empezar el intensivo de 4h. le pregunté a una alumna que se presentaba por primera vez al curso intensivo Nadar Sin Miedo, cuál era su problema, su miedo. Me contestó que no tenía miedo ninguno, que ella es apneista – practicante de buceo a pulmón – solo que cada vez que se ponía a nadar se tenía que parar constantemente porque le faltaba el aire. Su objetivo en el intensivo era aprender a nadar bien.
Bucear, ya lo he dicho en otro artículo, no requiere mucha técnica ni tampoco estar pendiente de la respiración, salvo en contenerla y salvo los apneistas competidores que tienen que hacer un entrenamiento más profundo de su cuerpo a nivel mental y de su capacidad respiratoria para poder aguantar durante más tiempo buceando a pulmón o haciendo apnea estática.
Sin embargo, nadar sí requiere mayor dominio del medio acuático, si verdaderamente queremos disfrutar del nado. Necesitando además mejorar el fondo físico para estar durante más tiempo nadando sin cansarnos.
Por supuesto, para nadar bien antes tenemos que dominar la técnica respiratoria, las flotaciones, habilidades como los giros, las flotaciones verticales, incluyendo también una cierta relación con el fondo ( inmersiones básicas, inmersiones avanzadas y algo de buceo a pulmón ). Con todo esto bien aprendido y sin miedo al agua podemos empezar a concentrarnos en la técnica natatoria.
Para aprender bien la técnica de los estilos, nosotros empezamos por nadar sin respirar, sin tener que preocuparnos de la coordinación de la respiración con el movimiento de los brazos. También hay que pensar en mover las piernas, pero sin obsesionarnos ni hacer que trabajen intensamente, ya que agotan enseguida.
Con personas que ya tienen experiencia en el medio acuático los fundamentos básicos los adquieren de forma fácil. Están habituados al medio por lo que no tienen problemas con el aprendizaje de las respiraciones, flotaciones, habilidades acuáticas, etc.
Sin embargo, suelen plantear un problema. Y es que suelen aprender por su cuenta. Cogiendo vicios indeseables que luego hay que corregir. Tienen que desaprender parar volver a aprender de nuevo. En el caso que nos ocupa el vicio que tenía nuestra alumna, era nadar con precipitación y respirando muy poco, con lo que se cansaba enseguida.
Nuestro planteamiento general con todos nuestros alumnos para un nado correcto tranquilo y seguro es nadar con la idea de hacerlo lento y buscando el mínimo esfuerzo, sintiendo más la flotación, sobre todo en las piernas. Una buena colocación general del cuerpo buscando la mejor posición hidrodinámica posible nos ayudará a nadar más cómodos.
Empezamos por el crol, luego la espalda y por último el estilo braza.
El trabajo técnico de la patada de crol es importante. Si se hace mal, lastra al resto del estilo. Una vez que se consiguen mover bien, buscaremos más que floten y que se muevan de vez en cuando, y no tanto una patada contínua.
El estilo espalda es un estilo que hay que nadar especialmente despacio, al principio, para no echarnos el agua encima al bracear. Para evitarlo, primero hace falta un trabajo específico de piernas y al mismo tiempo hay que estar pendiente de la colocación correcta de la cadera y de la cabeza. Tenemos que evitar que se hunda la cadera. Después podemos empezar a trabajar los brazos. Que deberán ir bien estirados en su fase aérea.
El estilo braza es un estilo interesante en tanto en cuanto nos permite nadar y al mismo tiempo descansar, ya que es un estilo lento que se desarrolla a impulsos – si se hace bien – , es decir, nos permite un descanso activo cuando necesitamos recuperarnos de un gran esfuerzo, evitando la parada total del nado continuo.
Un nado variado, sabiendo disfrutar de cada estilo, añadiendo estilos combinados ( patada de crol con brazada de braza, espalda doble, patada de delfín con brazada de braza, etc. ). Nadando despacio, concentrados y relajados, es una forma muy interesante de disfrutar del agua.
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
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