Con el tiempo estival llega la apertura de las piscinas de verano y con ellas la alegría de irnos al agua para refrescarnos y relajarnos tomando el sol. Los padres con sus hijos, grupos de amigos, adultos y sobre todo niños y adolescentes aprovechan el calor para meterse en el agua y jugar en la piscina.
El problema es que las piscinas de verano no son tan inocentes como parecen. En las piscinas con un determinado tamaño es obligatorio la presencia de un socorrista por si se produjera algún accidente de ahogamiento, golpe de calor, etc.
Por lo tanto, los ahogamientos están muy presentes en las conciencias de la gente y de las autoridades, por eso hay una normativa que obliga a que haya un profesional titulado para evitarlos.
Con lo que, la relación: piscina – peligro de ahogamiento, parece que está clara. Lo que no parece tan claro, todavía, es la relación: piscina de verano – jugar a saltar o zambullidas – peligro de lesión medular = paraplejia = invalidez de por vida.
Efectivamente, según la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo ( RFESS ) en su CAMPAÑA DE ZAMBULLIDAS 2023 el 6% de las lesiones medulares son causa de las zambullidas con riesgo.
Ver enlace: https://comunica.aspaym.org/project/zambullidas-de-cabeza-no-con-cabeza-si/
En la campaña de la FESS 2023 se habla de cualquier espacio acuático, no solo de las piscinas, pero yo me centraré aquí más en las piscinas de verano. Incluimos todas las piscinas, también las piscinas de invierno cubiertas y climatizadas, por supuesto, pero son las de verano las que tienen más peligro de accidente, ya que las de invierno están mucho más controladas y el tipo de usuario es diferente.
A continuación explicaré las diferencias entre unas y otras y por qué hace más peligrosas a las de verano. También describiré las diferencias entre el usuario de piscina de invierno y el de piscina de verano.
Piscina de invierno cubierta climatizada
La piscina de invierno tiene su socorrista, como es lógico, pero además está compartimentada en corcheras, dividiendo la piscina en lo que llamamos calles. Cada calle suele estar clasificada en niveles de nado y además no suele admitir, por exigencias de espacio, más de 4-5 usuarios o nadadores por calle.
Al dividir la piscina en calles obliga a los nadadores a nadar siempre en la misma dirección y a respetar el mismo sentido de marcha.
Lo que quiero decir con todo esto, es que solo el hecho de dividir la piscina en calles separadas por corcheras hace que se establezca un orden de nado, un orden de entrada al agua, en definitiva, un orden de uso de la piscina.
Además la piscina en el borde del largo generalmente está marcada con las diferentes profundidades que tenga, informando al usuario dónde es más profundo, dónde poco profundo.
En las calles con bordillo de una piscina cubierta de invierno es muy raro ver niños o adolescentes solos saltando, ademas el socorrista no permitirá zambullidas en estas calles al haber gente nadando de continuo.
Como se puede comprobar, en una piscina de invierno es muy difícil o, dicho de otra forma, se reduce mucho el riesgo de accidente que pueda padecer, no ya un adulto, sino sobre todo, un niño o un adolescente o joven adulto que son los más propensos a sufrir los accidentes.
Piscina de verano
La de verano tendrá socorrista como la de invierno y también tiene duchas, pero ahí se acaban las semejanzas. La de verano no tiene corcheras. Lo que hace que cualquier bañista pueda entrar al agua por donde quiera.
Al no tener corcheras se puede nadar y moverse por donde se quiera en la dirección que se quiera, sin ningún orden. Se puede jugar en cualquier zona de la piscina y se puede saltar o zambullirse también desde cualquier punto de la piscina. Por lo tanto, hay mucha más libertad de movimientos que en la de invierno.
En consecuencia, la de verano está más pensada para el ocio, el relax, el juego y el chapuzón ocasional.
No presentan elementos de peligrosidad evidentes por tanto. Se diseñan para que el espacio acuático sea seguro y se perciba como tal. El vaso está bien limitado. Sus bordes son antideslizantes, generalmente. El suelo del fondo es sólido , está pavimentado, es liso y está limpio. El agua está tratada con elementos químicos y es transparente, se puede ver el fondo.
El agua de la piscina está calma, no hay corrientes, ni oleaje, . La impresión que da teniendo en cuenta que el recinto está ajardinado, con árboles y sombrillas es de absoluta paz y tranquilidad, un lugar aparentemente carente de cualquier peligro.
Generalmente los adultos se quedan tomando el sol y descansando en el jardín del recinto, si se meten en el agua es para refrescarse un poco. Mientras que los chavales son los que harán un uso más intenso del espacio acuático, moviéndose por todas partes y jugando en el agua.
Uno de los típicos juegos son los saltos al agua o zambullidas, llevándolos a cabo con poco control o ninguno, sin fijarse mucho si están saltando en zona profunda o poco profunda de la piscina y con la permisividad de la normativa. Sin restricciones. El socorrista puede estar observando, pero no va a prohibir las zambullidas en cualquier parte de la piscina.
Teniendo todo esto en cuenta, los accidentes están servidos, debido a la aparente carencia de peligrosidad que presentan las piscinas. Ya que están diseñadas para que sean lugares seguros, de juego, asueto, de relajamiento y descanso, de tomar el sol y refrescarse de vez en cuando.
Los usuarios de las piscinas de invierno
En las piscinas de invierno los usuarios suelen ser adultos, que van a nadar durante todo el año. Es decir, se les puede considerar nadadores, como término general. Son personas que van habitualmente durante todo el año a nadar.
Se duchan antes de meterse en el agua. Llevan el gorro de baño, obligatorio para meterse en el agua. Cuando se introducen en la piscina suelen entrar por la escalerilla y si no entran por la escalerilla lo harán por el ancho del vaso de la piscina.
Suelen entrar al agua con cuidado, generalmente se introducen sin saltar y si saltan lo harán con precaución, sabiendo cuál es la zona profunda y la zona poco profunda. Estas personas ya poseen una «cultura» de uso de la piscina.
Si hay niños o adolescentes en una piscina de invierno suelen pertenecer a un club de natación, a una escuela o a un instituto, con lo que siempre estarán acompañados de un tutor o profesor y estarán en una calle reservada para ellos. Ocasionalmente también se pueden ver niños acompañados de sus padres en el agua.
Usuario de piscina de verano
Ahora veremos, que el perfil de un usuario de piscina de verano es muy diferente al de una piscina climatizada o de invierno. El de invierno, ya lo hemos visto, suele ser adulto con experiencia de baño, con hábito de nado, utilizando la práctica de la natación durante todo el año para estar en forma física y mental. Sin embargo, el de verano suele ser adolescente o joven adulto que acude en grupo de amigos. Los niños suelen ir en familia o en grupos con algún tutor. El adulto acudirá ocasionalmente, pensando en tomar el sol y darse un chapuzón.
Muchos de estos niños y jóvenes, seguramente, han aprendido a nadar asistiendo a algún curso de natación a una piscina climatizada, a través de su escuela o instituto, durante el invierno. Con todo organizado, reglado, con una calle o varias reservadas para ellos y dirigidos por un docente.
El adulto que acude a una piscina de verano lo hace con otra idea con otra mentalidad, como ya hemos dicho. Generalmente no tiene experiencia de baño, de uso de una piscina, no sabe nadar o nada mal. Nunca a acudido a un curso de natación ( y si lo hizo alguna vez fue «hace mucho tiempo» como dicen algunos de mis alumnos ) y lo poco que sabe quizás lo ha aprendido por su cuenta.
Va a la piscina a tomar el sol y si se mete en el agua, solo será para refrescarse, sin la idea de meterse en el agua para hacer ejercicio nadando.
Pero me quiero centrar en los jóvenes. No perdamos de vista que los jóvenes, hoy en día, normalmente, ya saben nadar desde pequeños. Esto quiere decir, que no tienen miedo al agua o dicho de otra manera, le han perdido el miedo al agua, teniendo como consecuencia que también le han perdido el respeto al agua. Dejando de percibir el peligro.
Con una actitud, de sentirse seguros de sí mismos en el agua, llega el tiempo estival llega el calor y van a darse un baño a la piscina municipal de verano de su barrio o a la piscina de verano privada que tiene su comunidad de vecinos.
Mentalmente, el usuario de piscina de verano se dirige a la piscina en un estado de relajación y confianza bastante grande. Los chavales van, además, con miras de disfrutar, jugar, divertirse en el agua. Nadie ve ni percibe el peligro. Y si pasara algo, ahí está el socorrista para solucionarlo. Por lo tanto, ningún problema.
Sin embargo, las piscinas tienen sus peligros y las piscinas de verano más que las de invierno, por el contexto y circunstancias que ya hemos explicado. Generalmente, el más evidente es el peligro de ahogamiento. Pero nos olvidamos que si no actuamos con precaución, también se pueden producir accidentes muy graves que no tienen por qué producir la muerte, pero sí un estado de postración invalidante el resto de la vida.
Afectando no solo al accidentado, sino también a su familia, como consecuencia de la dependencia y las atenciones que tendrá que recibir de de los demás, de por vida.
Las zambullidas
De los accidentes de los que estamos hablando, son los producidos por los típicos juegos de saltos o zambullidas desde el borde de la piscina.
Los protagonistas de estos juegos son los niños y adolescentes. Saben nadar, están familiarizados con el medio acuático, se sienten confiados y seguros en el agua, por lo que es difícil que tengan sustos o accidentes de ahogamiento. Se sienten seguros, jugarán y disfrutarán en el agua tranquilamnete, pero uno de esos juegos son las zambullidas y aquí es donde viene el problema.
Se les puede ver saltando tanto en zona profunda como en zona de poca profundidad. Sin fijarse demasiado en el peligro que supone saltar en zona poco profunda. También hay que tener en cuenta que la zona profunda puede no ser tan profunda, dependerá de cada piscina.
Se les puede ver saltando cogiendo carrerilla, saltando a una cierta distancia del bordillo, cogiendo mucha altura con el impulso, haciendo piruetas en el aire, cayendo al agua de cualquier manera, con el consiguiente peligro de impactar en el fondo también de cualquier manera.
Además hay otro peligro añadido, y es que hay bañistas deambulando alrededor en el agua y fuera de ella. Pudiendo chocar o golpearse con alguien al caer al agua tras un salto. No hay corcheras, por lo tanto el vaso de la piscina no está limitado. No hay límites, todo el mundo puede moverse por donde quiera, puede saltar donde quiera, puede nadar y bucear por donde quiera.
Estas prácticas, que pueden ser muy divertidas, conllevan un peligro evidente. Habría que empezar por la normativa que rige las piscinas, poniendo límites, etc. pero esto daría para otro artículo. Está claro que para evitar estos accidentes tendrían que estar más restringidas las actividades acuáticas de los bañistas, empezando por prohibir los saltos en zonas de poca profundidad. Para reducir el riesgo de accidente la zona profunda debería cubrir como mínimo 1,80m.
– Los accidentes por saltos o zambullidas se pueden producir por las siguientes causas:
. Por resbalón, tras coger carrerilla, en el borde de la piscina cayendo sobre el suelo de la playa ( término que se utiliza para designar el suelo que circunda el vaso de la piscina ) o sobre el propio borde de la piscina.
. Por resbalón al impulsarse sin agarrarse con los dedos de los pies en el borde de la piscina cayendo sobre el propio bordillo de la piscina.
· Por llegar al fondo cayendo con las piernas hacia delante, impacto del coxis en el fondo.
. Por caer muy cerca del bordillo con las piernas hacia atrás se pueden golpear los pies ( la parte de los talones ) en la pared del vaso de la piscina.
· Por llegar al fondo cayendo con las piernas hacia atrás, posible impacto con las rodillas en el fondo.
· Por caer muy cerca del bordillo se puede golpear el coxis en el bordillo.
· Por llegar al fondo flexionando demasiado las piernas pueden llegar a golpearse las rodillas en el fondo.
. Tras salto de cabeza, por llegar al fondo con los brazos separados o abiertos ( desprotegiendo la cabeza ) puede llegar a impactar la cabeza en el fondo.
– Tomando una serie de medidas básicas de seguridad generales fáciles de adoptar por cualquiera, los accidentes en la piscina se pueden evitar fácilmente:
1 Eligiendo la zona más profunda para saltar ( si la zona más profunda no llega como mínimo a los 1,80m se debería renunciar al salto ).
2 Evitando las carreras para impulsarse.
3 Agarrándose con los dedos de los pies al borde de la piscina para impulsarse.
4 Intentando caer al agua a una distancia de como mínimo a 1m del borde de la piscina.
5 Si saltamos de pie: Deberíamos caer siempre de pie evitando que se nos vayan las piernas hacia delante o hacia atrás y si llegamos al fondo, flexinar los rodillas para amortiguar el impacto sobre los pies.
6 Si saltamos de cabeza: Deberíamos entrar al agua con los brazos por delante, estirados ( en forma de punta de flecha ) y pegados a la cabeza, llevando la barbilla al pecho. Nunca separarlos o despegarlos de la cabeza, manteniéndolos delante y estirados hasta que salgan a la superficie. Al entrar en el agua levantar rápidamente los brazos y la cabeza para dirigir el cuerpo hacia delante evitando así dirigirnos hacia el fondo. Si llegáramos al fondo manteniendo los brazos delante estirados y pegados a la cabeza impactaremos con las manos sin dolor ni daño, evitando golpearnos en la cabeza.
– Recordar que el exceso de confianza es causa de muchos accidentes y que desde la divertida zambullida al centro de parapléjicos de Toledo solo hay un ( mal ) paso que nos marcará para el resto de nuestra vida ( si nos rescatan a tiempo ).
– Dejo un enlace a la CAMPAÑA DE PREVENCIÓN DE ACCIDENTES EN PISCINA de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo ( RFESS ):
https://rfess.es/wp-content/uploads/2019/02/Castellano-Castilian.pdf
– Aquí un par de enlaces más a las estadísticas de ahogados de la Real Federación Española de Salvamento y Socorrismo ( RFESS ):
https://ina.tallerempresarial.com/estadisticas
– Este está más detallado en las estadísticas de ahogados:
https://rfess.es/2023/02/ultima-actualizacion-mensual-de-estadisticas-de-personas-ahogadas-en-espana/
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
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