Parece absurdo intentar flotar verticalmente en zona poco profunda pudiendo hacer pie. Pero, como casi siempre, la realidad va más allá de las apariencias y en el agua, más.
Depende de cuan profunda sea la zona poco profunda y depende también de si el espacio acuático en el que flotamos es una piscina o un lugar de espacios abiertos o aguas abiertas, ya sea el mar, lago, río, etc.
Si hablamos de espacios abiertos, por ejemplo la playa o un río en zonas de poca profundidad en las que el nivel del agua nos llega hasta la cintura o el pecho podremos hacer pie cómodamente si el fondo es estable. Pero si el fondo «se mueve» entonces la cosa cambia. Si está sembrado de piedras resultará muy incómodo hacer pie y caminar sobre ellas, por lo que acabaremos por intentar flotar de pie para evitarlas.
Si el fondo es de arena no habrá problema, si es compacta, pero si no lo es producirá una incómoda inestabilidad que nos puede llegar a obligar a tomar la decisión de preferir flotar de pie, para sostenernos con más garantías de equilibrio, antes que intentar caminar sobre ella.
No olvidar que estoy hablando de espacios abiertos en una zona poco profunda en el que el nivel del agua llega hasta la cintura o el pecho. Pero imaginemos que nos llega hasta el cuello. Seguimos estando en zona, considerada poco profunda, porque todavía podemos sostenernos con el apoyo de los pies en el fondo. Sin embargo, el nivel del agua ya lo tenemos cerca de la boca.
En este caso también debemos tener en cuenta el movimiento del agua ya que al estar el nivel cerca de la boca, la posibilidad de llevarnos un buen trago de agua es bastante alta. Debido al oleaje en el mar o a la corriente en un río. En estas condiciones, aunque podamos hacer pie, es mucho más cómodo más seguro y más aconsejable olvidarnos de los apoyos en el fondo y flotar de pie.
Por lo tanto, flotar de pie en zona poco profunda aunque aparentemente parezca absurdo, no lo es, si hablamos de espacios abiertos.
Las condiciones que presenta una piscina en zona poco profunda son muy diferentes. Evidentemente, la piscina ofrece unas condiciones de seguridad de las que carecen las aguas abiertas. Para empezar es un espacio acuático artificial construido para la comodidad y la seguridad de los bañistas. Lo que no quita, aún así, que se produzcan accidentes y ahogamientos. Pero, comparado con los espacios abiertos, la piscina siempre es mucho más segura.
El fondo de una piscina es firme, estable, el agua está tranquila, el borde de la piscina también es firme y seguro, el vaso de la piscina está marcado por zonas según su profundidad, generalmente está distribuido en calles limitadas con corcheras, etc.
Por lo tanto, la piscina presenta condiciones ideales para nadar y para «estar» en su zona poco profunda sin tener que preocuparnos de nada más. En esta zona podemos hacer pie, tranquilamente, siempre que el nivel del agua lo tengamos más o menos a la altura del pecho. Pero, de nuevo, si el nivel lo tenemos en el cuello o cerca de la boca, la cosa cambia.
No es tan peligroso como en aguas abiertas siempre que estemos cerca del bordillo. No obstante, si nos movemos por el centro del vaso o alejados del bordillo siempre será mucho más cómodo flotar de pie que intentar hacer pie constantemente, ya que es fácil resbalar debido a que los pies no están bien apoyados. Además debemos tener en cuenta que con el nivel cerca de la boca la gente suele caminar de puntillas. De hecho aunque no llegue el agua cerca de la boca se suele caminar sobre los metatarsos con lo que es más fácil resbalar.
Por lo tanto, hay que distinguir dentro de la zona poco profunda de qué profundidad estamos hablando. Si el nivel del agua llega como mucho a medio pecho de un individuo no hay porqué intentar flotar de pie. Pero si nivel llega hasta el cuello hay que considerar que es más cómodo flotar de forma vertical que apoyar los pies.
Sin embargo, más allá de la consideración de flotar o no de pie, según la profundidad en zona poco profunda y según el espacio en el que nos movamos, tenemos un buen motivo para aprender a flotar de pie en zona poco profunda. No es otro que la preparación del aprendizaje de la flotación vertical para la zona profunda. Efectivamente, tradicionalmente se ha considerado la enseñanza de la flotación vertical solo para la zona profunda, por mor de que es en esta zona donde solo tiene sentido flotar de pie. Pero nosotros consideramos que lo lógico es comenzar el aprendizaje de la flotación vertical en zona poco profunda.
Principalmente, por un motivo: el aprendizaje de esta flotación directamente en zona profunda no es fácil, requiere un gran esfuerzo físico en los primeros inicios y somete al alumno a un gran estrés debido a que está intentando constantemente evitar hundirse. Con lo que se hace bastante duro, arduo y penoso aprender a flotar de pie directamente en la zona profunda.
Nosotros, para evitar este mal momento en el proceso de aprendizaje de la natación proponemos iniciar la enseñanza de la flotación vertical en zona poco profunda. Con lo que evitamos el sufrimiento inicial de tener que aprender directamente en zona profunda.
Nuestra propuesta consiste en enseñar un tipo de flotación vertical muy básica, cómoda, que permite flotar de pie en la iniciación a la flotación vertical en la zona poco profunda.
A esta flotación básica la llamamos FLOTACIÓN VERTICAL ESTÁTICA BÁSICA. Esta flotación no solo sirve para flotar de pie en zona poco profunda sino que sirve también para adentrarse en zona profunda de manera sencilla. Sin ningún problema de estrés provocado por el sobreesfuerzo físico que hay que emplear en los inicios de este aprendizaje.
Una vez que el principiante ha aprendido a dominar bien esta flotación, en zona poco profunda primero y luego en zona profunda, pasaremos a la FLOTACIÓN VERTICAL ESTÁTICA AVANZADA y, por último, a la FLOTACIÓN VERTICAL DINÁMICA ( la que todo el mundo conoce como la flotación de pie con la cabeza fuera del agua ).
Con estos tipos de flotaciones verticales ya podemos flotar tranquilos de pie, sea en zona poco profunda donde nos llegue el agua cerca de la boca o en zona profunda.
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas, y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento del mes en curso o de la temporada.
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