El miedo al agua de los niños tiene diversas causas y una de ellas son, paradójicamente, los propios cursos infantiles de natación. En estos cursos algunos niños acaban por cogerle miedo al agua.
No suelo recibir peticiones para apuntar en mis cursos a niños, ya que son más para adultos, pero sí he tenido ya a dos niños de unos 8-10 años. Los dos salieron mal parados de las clases de natación. Luego es muy difícil convencerlos de que vuelvan a la piscina. Los padres quieren que sus hijos aprendan a nadar pero se ven en la tesitura de no poder apuntarlos a un curso de natación de edades semejantes a sus hijos.
El problema de estos niños es que no se adaptan bien en el agua junto con sus compañeros o han tenido algún percance haciendo algún ejercicio durante la clase o jugando con los demás niños.
Niños de pequeñas edades, 3-4-5 años, es fácil manejarlos aunque tengan miedo al agua. De hecho he dado clases particulares a niños pequeños con miedo al agua. Incluso he trabajado con algún niño que sabía nadar y perdió todo el aprendizaje ( por así decirlo, olvidó todo lo que aprendió ) por un pequeño contratiempo en el que tragó agua. Tras esa mala experiencia ya no quiso meterse más en el agua. Finalmente, reaprendió y superó el miedo.
Pero con niños a partir de 6-7 años es más difícil reconducirlos si se pretende hacerlo en un curso colectivo. Son necesarias clases particulares o cursos especiales como los cursos de natación para personas con miedo al agua.
Los propios padres suelen intentar enseñarles adoptando el papel de un instructor de natación. Pero no suele funcionar. Puede ser, incluso, contraproducente su empeño en ser ellos mismos los que intenten reeducar a su hijo, si no tienen paciencia ni recursos pedagógicos para ello.
Por lo tanto, no es muy recomendable que los propios padres se dediquen a enseñar a su hijo a que supere el miedo al agua si no disponen de unos mínimos conocimientos para poder hacerlo.
La experiencia que hemos tenido con los niños con miedo al agua que han venido a nuestros cursos es altamente satisfactoria.
Un niño con miedo al agua está muy sensibilizado. El propio miedo le hace ser muy precavido y desconfiado. Tratándose del agua, no se fía de nadie ( ni de sus propios padres ). Se acuerda vivamente de la desagradable experiencia que tuvo. Está demasiado alerta y es todo desconfianza.
Lo primero que necesitan estos niños es alguien en el que puedan confiar. Desde luego, no puede ser otro que un instructor de natación, experimentado si es posible. Lo ideal, lógicamente, es un instructor de natación especialista en personas con miedo al agua.
Lo segundo que se necesitan es que las clases tengan un entorno tranquilo. Esto se lo puede proporcionar las clásicas clases particulares o clases colectivas preparadas para personas con miedo al agua.
El diseño de estas clases colectivas está pensado para favorecer un ambiente en el que no haya demasiado ruido.
El número de alumnos es reducido lo que favorece un trato cercano, personalizado y un seguimiento continuo.
El objetivo en un curso de natación de estas características, y esto es primordial, es que los alumnos superen el miedo al agua. No que aprendan a nadar, que también lógicamente. No es lo mismo enseñar a nadar sin más, que enseñar a nadar con el objetivo de que se supere el miedo al agua.
Por último, tener una herramienta de trabajo que ayude al docente a marcar el camino correcto al alumno en el proceso de aprendizaje. Es decir, tener un método de trabajo que permitirá ir dando los pasos adecuados encaminados a que los alumnos superen el miedo al agua al mismo tiempo que aprenden a nadar.
Bien, con estos mimbres podemos asegurar un trabajo serio y profesional.
El trabajo con estos niños debe empezar antes de meterlos en el agua. Primero hay que hablar con los padres y después con el niño para conocer las circunstancias que rodearon la causa de su miedo al agua.
Hay que transmitirle confianza, hablando con él.
Realmente, estos niños solo necesitan confianza, un buen profesional y un contexto adecuado donde puedan moverse sin dificultades.
Que sus compañeros de clase sean adultos favorece el aprendizaje. El niño estará tranquilo sino tiene más niños a su alrededor que lo puedan alterar.
Estos niños que tuve, al haber pasado por otros cursos de natación ya sabían hacer cosas. Lo que les faltaba era, lo que ya he mencionado antes, confianza. Necesitaban recuperar la confianza perdida. Aprendieron cosas nuevas, corregimos otras, repasamos la familiarización, las habilidades acuáticas, la técnica básica de los estilos, el buceo, los saltos, conceptos como la respiración, algunos truquillos, etc.
Así pudieron recuperar la confianza en el agua y volver a disfrutar de ella junto a sus padres, compañeros y amigos.
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye las flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas, y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento del mes en curso o de la temporada.
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Muchas gracias por tu atención
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