De todos los miedos que nos podemos encontrar en el agua, el más fuerte es el de flotar, pero algunas personas presentan otro miedo que también suele ser muy intenso. Es el miedo a meter la cabeza en el agua.
Generalmente estas personas han tenido una experiencia traumatizante, como algún susto de ahogamiento. Una caída súbita al agua en alguna zona profunda provoca la inmersión inmediata, y al encontrarse sumergidas dentro del agua de forma inesperada, puede provocar un gran shock que se convertirá en un trauma para el resto de su vida.
Cuando esta persona decide aprender a nadar, se encuentra con que ese trauma le produce tal ansiedad que no es capaz ni de meterse en el agua de una piscina en su parte poco profunda.
Algunos alumnos hacen un gran esfuerzo de voluntad y consiguen meterse en el agua agarrándose al bordillo, sin soltarse en ningún momento. Haciendo pie en la piscina y sin ningún peligro, empezamos a trabajar para conseguir, no solo que metan la cabeza en el agua, sino simplemente que consigan acercar la cara al agua.
Otros sienten tal ansiedad al meterse en el agua, insisto, siempre en zona poco profunda, que no pueden soportar ni siquiera que el nivel del agua les llegue al pecho. En estos casos, necesitan comenzar metiéndose en una piscina pequeña que presenta unas condiciones más benévolas. Como el tener menos profundidad y mayor temperatura del agua.
El trabajo para los dos casos tiene que ser muy paciente. En sus rostros presentan la expresión de la gran ansiedad que en ese momento están padeciendo.
Si no disponemos de piscina pequeña o infantil, no quedará más remedio que meterse en piscina grande. Pero si disponemos de la pequeña, es mejor empezar por esta.
El ejercicio es muy simple. Se les explica cómo deben respirar, cómo deben evitar que les entre agua en la nariz y también, por supuesto, deben tener las gafas de natación. Las gafas se hacen imprescindibles para que puedan mantener los ojos abiertos dentro del agua. Incluso con los gafas, en las primeras inmersiones cierran los ojos.
El ejercicio es fácil para el que no ha padecido ningún hecho traumático en el agua, pero no lo es para el que sí ha sufrido algún accidente en el pasado. Al entrar en contacto con el agua, automáticamente sienten tal ansiedad que algunos no son capaces de llegar a meterse de cintura para arriba en el agua. Por lo que es necesario una piscina pequeña.
Una vez que hemos conseguido que se introduzcan en el agua y agarrados al bordillo empezamos a trabajar, como ya he dicho.
Hablo de casos extremos que se pueden presentar. Estos casos hay que tratarlos con mucha delicadeza, atención y comprensión. Hay que transmitirles confianza y cercanía en todo momento y mucha paciencia. Solucionarles cualquier duda o problema que presenten a la hora de hacer el ejercicio.
Hay que tener en cuenta que se están enfrentando física y directamente con el elemento que les produce la ansiedad puesto que, en principio, no hay una terapia psicológica previa que les permita prepararse para enfrentarse al agua antes de meterse en ella.
El esfuerzo que hacen es extraordinario. Tienen todo el mérito del mundo y eso hay que reconocérselo siempre. Hay que tener en cuenta que estas personas han estado rehuyendo siempre el agua, el elemento que les produce tanto desasosiego.
Pero afortunadamente, esta ansiedad, la acaban superando todos. No he tenido ningún alumno a lo largo de estos 8 años que llevo trabajando con el MÉTODO NSM que no lo haya superado.
Algunos han necesitado un intensivo entero de 4h. ( o un mes o dos en clase semanal ) para vencer ese problema, pero han conseguido superarlo consiguiendo finalmente introducir la cabeza en el agua y aprender a respirar. Requisito imprescindible para seguir con el proceso de aprendizaje de la superación del miedo al agua en todas sus vertientes y el proceso de aprendizaje de la natación.
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas, y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento del mes en curso o de la temporada.
– También puedes pinchar en
Muchas gracias por tu atención
Deja una respuesta