Uno de los miedos típicos relacionados con el agua es el miedo a saltar. Estamos hablando de saltos básicos que se pueden incluir en cualquier curso de natación.
Además del trabajo que nosotros llevamos a cabo en la superación del miedo al agua y aprender a nadar, consideramos que incluir el miedo a saltar debe ser uno de los objetivos a superar dentro de nuestro programa de natación NADAR SIN MIEDO.
Voy a hablar de los saltos de pie en piscina ( de los saltos de cabeza hablaré en el próximo artículo ), espacio en el que se supone que presenta la mejores condiciones de seguridad para poder saltar sin peligro. Pero sabemos que por muy bien construida y diseñada que esté una piscina hasta el salto más básico siempre conllevará un cierto peligro.
Hay varios elementos que están siempre presentes en los saltos al agua y son: La altura, la profundidad, las condiciones que presenta el espacio desde donde se realiza el salto y también las condiciones que presenta el espacio acuático en sí.
Por ejemplo si el agua está quieta o en movimiento, si se puede ver a través de la superficie, es decir, si el agua está turbia, oscura o transparente para poder ver la profundidad que tiene, objetos presentes dentro del agua como ramas, piedras, basura, etc. De manera que, desde el punto de vista de la seguridad, no es lo mismo saltar en una piscina, en la que está todo controlado y se puede ver el fondo, que en un río o en el mar.
Pero antes de explicar cómo superar el miedo a saltar quisiera dar aquí una serie de razones por las que considero que es interesante aprender a saltar.
Vaya por delante que, en principio, nosotros no obligamos a aprender a saltar ni creemos que se debe obligar a nadie a saltar. ¿ Por qué ? Porque el salto es una acción externa al medio acuático. No es connatural al medio que estamos tratando. Es una actividad externa que se puede llevar a cabo en el medio acuático pero innecesaria para la actividad fundamental que es nadar.
No obstante, los saltos no dejan de ser, para los humanos, un ingrediente casi, consustancial al medio acuático por cuanto que nos sirven para introducirnos en el agua de muchas maneras. Por lo tanto, se convierten en un elemento recreativo más ( lúdico, sugestivo, interesante, divertido, emocionante, compartido, etc. ) que se puede añadir a toda la panoplia de actividades acuáticas inventadas por el ser humano para disfrutar del agua de todas las formas posibles.
Además del elemento recreativo, saber saltar, tanto de pie como de cabeza, implica un dominio del medio acuático más completo. Por lo que, cuanto mayor sea nuestro dominio del medio acuático más tranquilos y seguros estaremos en él.
Sin embargo, aunque no es obligado saber saltar para nadar bien, tranquilos y seguros, es aconsejable. Sobre todo para las personas con miedo al agua. En estas personas este plus de confianza y seguridad que proporciona el saber saltar es un extra nada desdeñable, porque para poder saltar son requisitos previos:
1 SABER FLOTAR DE PIE
2 NO TENER MIEDO A SUMERGIRSE
3 NO TENER MIEDO A ESTAR EN EL FONDO
4 SALIR DEL FONDO CON CALMA
5 NO TENER MIEDO A BUCEAR
Por supuesto, solo proponemos saltar después de que nuestros alumnos ya hayan aprendido todas estas habilidades. Antes nunca deberíamos obligar ni proponer saltar a nadie.
LO QUE NUNCA DEBE HACER UN PROFESIONAL
Huelga decirlo, pero es evidente que el instructor de natación jamás debe engañar al alumno, como estrategia para que salte, o sorprenderle empujándole o cualquier otro método que no implique que sea el propio alumno el que decida saltar por propia voluntad y con toda la información posible para que salte con la máxima confianza y seguridad posible.
Si el alumno en el momento del salto no se decide a saltar no saltará, ni el instructor le obligará a que salte.
LOS PELIGROS AL SALTAR DE PIE
El principal peligro en una piscina es saltar mal o elegir una zona de salto de poca profundidad si no tenemos experiencia de saltos.
El peligro de saltar mal de pie puede ocasionar los siguientes accidentes:
+Golpearse contra el bordillo, por resbalar al intentar saltar.
+Golpearse contra la pared del propio vaso de la piscina por caer mal.
+Golpearse contra la superficie del agua por caer mal.
+Golpearse contra el fondo por impacto sin control de la posición del cuerpo.
Los accidentes como resultado de los saltos de pie mal ejecutados suelen venir de resbalones o incluyendo una carrera previa al salto para coger más impulso, para llegar más lejos, etc.
Sin embargo, aplicando unas elementales normas de seguridad de las que vamos a hablar más abajo es muy difícil que se produzca un accidente.
EL MIEDO A SALTAR DE PIE
Puede venir desde la sensación de vértigo ocasionado por la altura – aunque sea mínima como es el salto desde el bordillo de la piscina- hasta el temor a caer mal al agua golpeándose en la superficie, temor a golpearse en el fondo o temor a resbalar golpeándose en el propio bordillo o pared del vaso.
También el miedo a saltar puede estar ocasionado por alguna mala experiencia, como por ejemplo una caída súbita al agua provocada por un empujón inesperado provocado por alguna persona cercana. Típica broma de los amigos de la que podemos salir indemnes si sabemos nadar bien ( recordemos que tengo un artículo en el que explico qué significa «saber nadar» que es mucho más que simplemente defenderse un poco en el agua ) pero de la que saldremos traumatizados de por vida si no sabemos defendernos bien, es decir, dominar el medio acuático.
SALTO DE PIE DESDE EL BORDILLO DE LA PISCINA
La zona de salto
Lo primero que tenemos que tener en cuenta como medida de prevención es saltar en zona profunda. Lo suficientemente profunda como para asegurarnos que si llegamos al fondo no impactemos con mucha fuerza sobre él.
La zona de la piscina elegida para saltar debe ser siempre la zona más profunda de la piscina. Si la piscina no tiene zona profunda en todo su perímetro, es decir, que no cubra a un adulto de estatura media de 1,70m entonces habrá que evitar el salto o hacerlo con mucha precaución.
Medidas de seguridad a tener en cuenta al saltar de pie
Además de elegir bien la zona de salto de la piscina tenemos que tener siempre presente algunas medidas de seguridad para evitar accidentes:
1 Hay que agarrarse con fuerza con los dedos de los pies al bordillo para evitar resbalar. Saltar sin agarrarse es muy imprudente, pudiendo producirse el típico resbalón en el bordillo que puede ocasionar golpearnos sobre el propio bordillo.
2 Hay que intentar caer siempre de pie. Seguramente los primeros saltos no serán saltos propiamente dichos sino caídas relativamente controladas.
3 Al saltar hay que evitar que se nos vayan las piernas hacia delante para impedir darnos en el fondo con las nalgas. Seguramente impacte el coxis por lo que hay que asegurarse que la profundidad es la suficiente, antes de saltar, para que si llegamos al fondo sin control no impactemos con fuerza o, mejor, no lleguemos a impactar.
4 Al saltar hay que evitar que se nos vayan las piernas hacia atrás cayendo lo suficientemente alejados del bordillo para no golpearnos con el bordillo ni darnos con la pared del vaso de la piscina.
LOS PRIMEROS SALTOS DE PIE
Los primeros saltos de pie, cuando se hacen con miedo a saltar, más que saltos, serán caídas al agua ( sin impulso previo ) relativamente controladas. El instructor de natación explicará cómo hay que llevar a cabo estos saltos/caídas, dando todos los detalles posibles, para que el alumno salte con la máxima seguridad y confianza posible. Además, el instructor estará siempre al lado del alumno, para asegurarse que lo hace correctamente.
Desde la escalerilla
Si una persona padece vértigo a la altura o tiene muchísimo miedo podemos proponer por comenzar a saltar desde dentro del agua. Para eso utilizaremos la escalerilla de entrada al agua.
Con los pies apoyados en un escalón, con medio cuerpo metido en el agua y de espaldas al agua agarrándose a los asideros de la escalerilla podrá comenzar a saltar o dejarse caer siempre con cuidado de hacerlo a una distancia suficiente para que no se golpee con la propia escalera.
Según vaya perdiendo el miedo y ganando confianza irá subiendo de escalón hasta que consiga saltar de cara al agua y desde el bordillo.
Desde sentados en el bordillo
Si tenemos mucho miedo a saltar al agua también podemos iniciarnos en los saltos desde la posición sentados en el bordillo.
Sentados, con las piernas en el agua, para entrar en el agua completamente desde esta posición hay que apoyar las manos en el borde para poder impulsarnos con ellas hacia adelante y caer algo alejados del borde. Esto sería una caída al agua relativamente controlada.
De pie un poco agachados
Luego habría que continuar saltando o cayendo desde la posición de pie pero algo agachados, para disminuir un poco la percepción de la altura que nos da nuestra posición natural erguida, para luego dejarnos caer. Esto podemos hacerlo, incluso, cogidos de la mano del instructor para que nos dé confianza y nos ayude a caer lejos del bordillo.
Caída controlada de pie erguidos
Según vamos superando el miedo iremos adoptando una posición más erguida hasta conseguir saltar al agua completamente de pie.
Al dejarnos caer no hay, todavía, un gran control de la posición al impactar con el cuerpo en el agua. Aunque, debemos procurar siempre impactar en el agua con el cuerpo lo más vertical posible y con control de la colocación de los brazos y las piernas.
CÓMO DEBEMOS SALTAR DE PIE
Una vez superado el miedo a saltar en forma de caída controlada comenzaremos propiamente a saltar.
1 No hay salto al agua sin impulso previo hacia arriba y hacia adelante. Por lo tanto, hay que coger impulso para saltar.
2 Tenemos que caer de pie, es decir, completamente verticales. Con una relativa tensión en todo el cuerpo para que entre como un bloque, de forma compacta. Con los brazos pegados al cuerpo y con las piernas juntas y estiradas.
Esta es la forma básica, la más fácil y la más segura de caer al agua tras saltar de pie. De esta manera, no sufriremos ningún golpe en ninguna parte de nuestro cuerpo al caer sobre la superficie del agua. Si hemos saltado bien, llegaremos al fondo con los pies, si no hay demasiada profundidad.
3 Impactaremos con los metatarsos, es decir, con las partes delanteras de los pies. Practicamente sobre los dedos de los pies. Esto se hace casi de forma instintiva. No hace falta impactar sobre el fondo con toda la planta del pie. Hay que evitar tocar con toda la planta del pie, ya que si lo hacemos sobre la parte de los talones podríamos hacernos daño.
4 Al impactar con los pies en el fondo hay que flexionar, automáticamente, las rodillas para amortiguar el impacto. De esta forma no sufriremos ningún dolor o daño sobre los pies ni sobre la columna.
Impactar en el fondo sin amortiguar doblando las rodillas puede repercutir sobre la columna vertebral por lo que siempre doblaremos las rodillas automáticamente para evitar daños. Si se hace así, nunca ocurrirá nada.
¿ Me tengo que tapar la nariz al saltar al agua de pie ?
Para evitar que entre agua en la nariz no hace falta pinzarla con la mano. Lo que hay que hacer es soltar el aire con fuerza por la nariz. Con eso es suficiente para evitar que entre el agua por las vías respiratorias.
Hay que soltar bastante aire, mientras descendemos hacia el fondo tras el salto, pero no hace falta soltar todo el aire para evitar que entre el agua en la nariz. Lo importante es soltarlo con fuerza.
Si la zona de salto no es demasiado profunda
Hemos dicho que para saltar debemos elegir una zona de salto con un mínimo de profundidad, que según mi criterio no debe tener menos de 1,90m de altura. Con esta profundidad, si saltamos bien, generalmente llegaremos al fondo. Al llegar al fondo con los pies flexionaremos las rodillas, como ya se ha dicho. Después al estirarlas para ascender saldremos rápidamente como rebotados hacia arriba.
Si la zona de salto es suficientemente profunda
Es difícil establecer una profundidad suficiente para que ya no lleguemos a impactar en el fondo con los pies. Las piscinas, generalmente, en su zona profunda suelen tener como mínimo 1,90m de profundidad, pudiendo llegar a los 2m, 2,20m, etc.
Lógicamente hay que tener en cuenta factores como el peso del individuo y también de la fuerza del impulso, de la altura que se haya alcanzado al saltar, de la posición de los brazos y las piernas y de más o menos la vertical del cuerpo que se haya conseguido al caer al agua. Todos estos factores hacen que alcancemos una mayor o menor profundidad.
Si no llegamos al fondo, ya no podremos salir rebotados automáticamente por lo que tendremos que salir por nuestros propios medios. Que no son otros que bracear con la manos hacia abajo para que nos impulsen hacia la superficie. También, lógicamente, podremos mover las piernas ( patada de crol, de braza, de tijera o cualquier patada o movimiento que hagamos con las piernas nos impulsará hacia arriba ) al mismo tiempo que las manos.
A EVITAR POR PELIGROSO
La carrera previa al salto
Saltar sin agarrarnos con los pies al bordillo
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas, y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento del mes en curso o de la temporada.
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Muchas gracias por tu atención
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