Aprovecho este artículo para recordaros a todos que hace 7 años ( Febrero del 2013 ) que empezaron la andadura los cursos NADAR SIN MIEDO. Gracias a la confianza de muchas personas depositada en estos cursos seguimos en la brecha.
Pero voy al tema del artículo. Hablando con mis alumnos me doy cuenta que algunas veces se sienten avergonzados por tenerle miedo al agua y yo les digo que de eso nada.
Lo primero de todo es recordar que el miedo es una emoción de supervivencia. El miedo, ante una realidad objetivamente peligrosa, está para salvarnos la vida. Por lo tanto, tener miedo a ahogarse es absolutamente normal.
Lo irracional es no tenerle miedo al agua ( entiéndase que a la zona profunda ) si no sabes nadar. Al no saber nadar puedes, incluso, meterte en el agua en zona poco profunda con respeto o desconfianza pero esta circunstancia también sigue siendo normal, es lógica.
Simplemente, nos estamos metiendo en un medio desconocido que produce reacciones, que tiene efectos imprevistos ( sensación de desequilibrio, de flotación inesperada, de descontrol ) sobre el cuerpo al movernos a través del agua.
Por lo tanto, tenerle miedo al agua es natural. Otra cosa son los miedos exagerados, imaginados, obsesivos, que ocasionan prejuicios sobre el agua de los que ya he hablado en otros artículos.
Y como tenerle miedo al agua es normal y además está para salvarnos la vida no tiene sentido avergonzarse de ello. Todo lo contrario, es de personas sensatas no meterse en el agua cuando no se sabe nadar o solo se sabe “algo” ( ojo con el “algo” porque muchos se creen que sabiendo algo de natación ya son unos campeones y de este clase de campeones están llenos los cementerios ).
También he detectado, en mis charlas con algunos de mis alumnos, una emoción negativa que es fruto del desconocimiento. Me comentan que son unos cobardes por tenerle miedo al agua. Nada más injusto y más alejado de la realidad.
Lo primero, nadie es un cobarde por no enfrentarse al miedo al agua. De la misma manera que a nadie se le ocurre decir que es un cobarde por no atreverse a saltar en paracaídas o escalar una montaña. Todas estas actividades, incluida la de nadar, conllevan un peligro evidente de riesgo para nuestras vidas.
Con menos motivos aún, debemos pensar que somos unos cobardes al enfrentarnos al miedo al agua. Esto viene del hecho de que cuando se enfrentan mis alumnos a un miedo concreto como es, por ejemplo, el sumergir la cabeza o flotar sin apoyos y no son capaces de hacerlo, se desmoralizan y les embarga un sentimiento de impotencia o de frustración.
Es lógico. Pero no nos confundamos. Cuando te enfrentas a tus miedos es justo cuando estás demostrando una gran valentía y una fuerte determinación, independientemente de que te cueste un gran esfuerzo y no veas resultados al principio. Esto es normal.
El problema, es que cuando nos enfrentamos directamente con el miedo, cara a cara, este aparece como un muro gigantesco imposible de derribar y cuando pretendemos tumbarlo nos damos de bruces con él.
Aquí aparecen las dudas, los sinsabores. La incertidumbre. El esfuerzo no recompensado. Se pasa mal. Pasará tiempo hasta que lo tumbas.
Unos tardarán más otros necesitarán menos tiempo ( depende del grado de miedo que tengas, de tu carácter, de tus experiencias pasadas, etc. ) otros, desgraciadamente, no podrán a pesar de intentarlo con ahínco.
Pero no pienses que te enfrentas tu solo al miedo. No estás solo. Nosotros te acompañamos, te ayudamos al máximo. Nos metemos en el agua contigo y hacemos un seguimiento continuo. Con un método de trabajo establecido, con objetivos y ejercicios que ayudan y facilitan bastante la tarea para tumbar ese muro.
La mayoría logran vencer el miedo al agua. A todos estos alumnos que lo han intentado les digo que son unos valientes. Incluidos los que, a pesar de haberlo intentando de todas las maneras posibles, finalmente abandonaron. El miedo al agua ( o cualesquiera otros miedos ) algunas veces es demasiado fuerte, demasiado profundo. A pesar de todo, se puede volver a intentar en otro momento.
Insisto, estas personas son las más valientes. Pueden estar orgullosas de haberlo intentado. De haberlo intentado en serio, con todas sus ganas y todas sus fuerzas.
En la vida no se pueden ganar todas las batallas pero sí se pueden encarar. Esto es lo verdaderamente importante….enfrentarse a ellas.
Este es el verdadero mérito.
– ¿Qué te ha parecido este artículo? ¿ Estás pensando en apuntarte a algún curso de natación para adultos con miedo al agua ?
Si estás pensando en apuntarte a algún curso de natación para adultos asegúrate de que no esté masificado y que los profesores tengan un método, enseñen bien, corrijan, se preocupen por tí, etc.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento. Puedes empezar mañana mismo, si quieres, con nosotros.
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Muchas gracias por tu atención
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