En este artículo voy a dar un repaso de los objetivos conseguidos por algunos de mis alumnos en el mes de Febrero/20 y siempre trabajando con nuestro
MÉTODO NSM ( NADAR SIN MIEDO ).
Arancha ( 44 años ) su relación con el agua no es grave. Vino al curso sabiendo nadar bien a espalda y crol ( más allá de que pudiera mejorar en algunos detalles esos estilos ) pero nadaba nerviosa en zona profunda. También se agobiaba bastante al sumergirse.
Hemos establecido una serie de objetivos específicos ( en base a nuestro MÉTODO NSM ) para resolver sus problemas, si no de miedo, si de gran desconfianza al nadar en la zona que cubre.
Decidimos que tenía que aprender a flotar de pie, a nadar mejor el estilo braza, a aprender a sumergirse trabajando con las respiraciones y a combinar las inmersiones con las flotaciones verticales.
Después de unos meses ya domina la flotación vertical activa y pasiva, se sumerge con menos agobio ( la respiración era la clave ) y nada a braza razonablemente. Con el resultado final de que cuando nada en zona profunda ya lo hace bastante más tranquila.
Jennifer ( 53 ) su historial con el agua es el siguiente:
– Se apuntó al curso con la experiencia previa años atrás de ver a una persona apunto de ahogarse.
– Se apuntó a un curso de natación sin ningún resultado.
– Miedo inculcado por sus padres ( inconscientemente ) al no saber nadar.
Tenemos que aplicar nuestro MÉTODO NSM desde lo más básico. Comenzando en zona poco profunda debe aprender a hacer respiraciones rítmicas, flotación ventral ( boca abajo ) autónoma, inmersiones básicas, etc.
Una vez aprendidas las respiraciones y tomado conciencia de lo que influyen en su flotabilidad al llevar a cabo unos ejercicios sencillos ( relativamente ya que mucha gente tiene miedo a soltar los pies del fondo aunque hagan pie , pero todo esto se explica y es menos difícil de lo que parece ) de inmersión ( en zona poco profunda ) pasamos al objetivo de la flotación autónoma ( flotar sin apoyos ni ayudas ) tanto ventral ( boca abajo ) como dorsal ( boca arriba ).
Le ha costado bastante soltarse del bordillo pero, finalmente, lo ha logrado. Hay que decir que la fase de la flotación autónoma es una de las más importantes y de las más difíciles en todo el proceso de aprendizaje para quitarse el miedo al agua y aprender a nadar.
Uno de los miedos más típicos y más fuertes y, por tanto, más difíciles es el miedo a flotar. La sensación que tienen es de “estar en el aire” como “flotando en el aire” sin referencias, todo muy etéreo y , sobre todo, la extraña sensación de no tener nada “sólido” a su alrededor en lo que poder sujetarse o apoyarse. Estas sensaciones les producen un gran desasosiego y una gran nerviosismo y como resultado de todo ello aparece el miedo a flotar.
Aunque están en zona donde pueden hacer pie, no resisten el efecto que les produce la sensación de flotación de su cuerpo por lo que no se atreven a flotar sino es sujetándose a algo o a alguien.
Tras un par de meses, más o menos, en los que tuvo que apoyarse en el bordillo algunas veces y otras con mi ayuda desde dentro del agua sujetándola e intentando darle confianza, Jennifer ya ha conseguido flotar. Sola. Sin apoyos ni ayudas. Le ha costado bastante pero lo ha conseguido. Cada persona necesita su tiempo ( unos meses, unas semanas o unas pocas clases ) depende del grado de intensidad del miedo que tenga.
Ahora ya está dando su primeras brazadas de forma básica en un estilo combinado, fácil de ejecutar. Aprendiendo a nadar hacia atrás con brazadas inversas y ya dando sus primeras brazadas a crol coordinadas con la respiración.
Maite ( 47 ) tuvo un susto de ahogamiento en piscina.
En nuestro curso y aplicando nuestro MÉTODO NSM desde la primera clase aprendió a sumergir la cabeza y a respirar.
Las inmersiones básicas le costaron un poco pero enseguida pudimos pasar a las flotaciones.
Las flotación ventral ( boca abajo ), de nuevo, marca un punto de inflexión junto con la flotación dorsal. En general, flotar boca arriba da más miedo que boca abajo. Pero con la ayuda del profesor dentro del agua explicando cómo hay que hacer las cosas y luego mostrándolas él mismo y más tarde ayudando al alumno sujetándole, etc. flotar boca arriba no se hace tan difícil.
Maite ya está dando sus primeras brazadas a crol , estilo combinado , espalda básica, haciendo giros, flotando de pie en zona poco profunda, etc.
Antonio ( 67 ) no le tiene miedo al agua pero se pone nervioso en zona profunda. Quiere aprender a nadar tranquilo.
Ha pasado por otros cursos y parece que no ha salido muy contento. Se queja de que no ve un cierto orden en los ejercicios ( algunas veces sin sentido, según él ), no le corrigen, percibe que no hay un método de trabajo, un planteamiento previo en las clases. Le han enseñado a nadar con aletas, palas, tablas, etc. pero no le han enseñado lo más básico, como por ejemplo, flotar, pero sabe nadar.
Con estos antecedentes, le proponemos empezar de cero para poder detectar posibles lagunas en las enseñanzas que recibió en otros cursos.
Efectivamente, necesitaba reforzar algunas cosas ( como las respiraciones ), tener claros algunos conceptos básicos ( por qué flotamos ), saber el para qué de algunos ejercicios ( las inmersiones ), incluir algunas habilidades acuáticas, etc.
Antonio ya está nadando en zona profunda ( sin aletas sin palas ) mejorando bastante su confianza.
Marga ( 38 ) estuvo todo un intensivo de 4,5h. Intentando sumergir la cabeza en el agua ( no es un caso excepcional, tengo otra alumna – Julia – que tardó un mes y pico en meter la cabeza dentro del agua y respirar , además de otros alumnos que necesitaron también su tiempo ).
Con las indicaciones oportunas y transmitiendo confianza y calma a mi alumna, lo consiguió. Aprendió a respirar. No pudo hacer nada más pero es un principio, fundamental, para aprender a nadar. El miedo a introducir la cabeza en el agua es muy típico. Unos necesitan mucho tiempo otros necesitan poco, depende del miedo que tenga cada persona.
Aquí lo importante a destacar es la paciencia y la perseverancia de muchas personas por querer superar su miedo y aprender todo lo que haga falta para disfrutar del agua. También saben que estarán siempre apoyadas por el profesor de natación, aportando soluciones para cada caso.
– ¿Qué te ha parecido este artículo? ¿ Estás pensando en apuntarte a algún curso de natación para adultos con miedo al agua ?
Si estás pensando en apuntarte a algún curso de natación para adultos asegúrate de que no esté masificado y que los profesores tengan un método, enseñen bien, corrijan, se preocupen por tí, etc.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento. Puedes empezar mañana mismo, si quieres, con nosotros.
– También puedes pinchar en MÉTODO NSM INICIO PARA SUSCRIBIRTE y BAJARTE el PDF con más información acerca de nuestros cursos de natación para adultos NADAR SIN MIEDO o si ya te has decidido a apuntarte pincha en CONTACTO y RELLENA nuestro FORMULARIO contándonos tu caso e indícanos el día y hora del curso que te interese para comenzar cuanto antes a quitarte el miedo el agua.
Espero que te haya sido útil este artículo al saber que puedes constatar paso a paso cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más del agua y mejorando tu dominio del medio acuático.
Muchas gracias por tu atención
Deja una respuesta