No quieras encontrar en un clásico cursillo de natación tu solución para superar el miedo al agua y aprender a nadar.
Un vez que alguien ha decidido vencer el miedo al agua y aprender a nadar se va a enfrentar a dos causas generales que pueden provocar su abandono.
Una es intrínseca a la propia persona. Otra es externa, ya que no depende de ella.
Vamos a hablar de la externa. Si la persona con miedo al agua se ha apuntado a un cursillo normal de natación con un método clásico de enseñanza en el que el instructor se limita a aplicar un estilo general, cómodo para él, de enseñanza para todos los usuarios, el fracaso estará servido para el alumno con algún requerimiento especial.
La mayoría de los profesionales ( instructores, entrenadores, coordinadores, etc.) que forman parte del mundo de la natación no piensan en estas personas. Por varios motivos. Entre otros, porque creen que con los cursos de natación convencionales para adultos ya cubren suficientemente esta demanda. Pensando que las personas con miedo al agua superarán el miedo de una forma u otra.
Efectivamente, todo aquel que se presenta a un curso de natación se supone que lo hace porque no sabe nadar, lógicamente, y porque en principio, le tiene miedo al agua. Pero no es exactamente así.
La realidad es que, de los que se apuntan a un curso de natación la mayoría aprenderá a nadar, porque no le tendrán demasiado miedo al agua y podrán evolucionar y aprender de una manera normal. El instructor de natación dará sus clases con un método de enseñanza convencional y todos aprenderán a nadar.
Pero habrá otros alumnos que al interés de aprender a nadar hay que añadirle el miedo excesivo al agua. Por lo que necesitarán otro tipo de enseñanza más específico que les ayude a superar el miedo al agua.
Sin una metodología pensada para estas personas no podrán llevar el ritmo de aprendizaje de los demás y acabarán abandonando el curso de natación. No porque sean más torpes ( idea preconcebida – falsa- que ellos tienen de sí mismos ) que los demás sino porque necesitan un ritmo de aprendizaje diferente, entre otras cosas. Como podemos ver, aquí nos encontramos con un problema que no depende del alumno con miedo al agua.
Ese problema externo no es otro que la figura fundamental en todo tipo de enseñanza, que es el profesor o instructor de natación. Éste no podrá ayudarles ya que no está preparado ( porque no tiene una formación específica ) para atender a personas con miedo al agua. Llegando el caso, incluso, de ser rechazadas, por algunos instructores, de sus clases ( como me han comentado algunos de mis alumnos ). Otros, viendo el panorama de la dinámica en la que van desarrollándose las clases, se han dado de baja de esos cursos voluntariamente.
La solución, evidentemente, está en apuntarse a algún curso de natación que esté especializado en este tipo de problema. Que el curso tenga en cuenta y sepa tratar como es debido a las personas con miedo al agua y que tenga un método con el que el instructor pueda enfrentarse con ciertas garantías al problema que le presentan.
Entre otras cosas el método debe contener las siguientes especificaciones para que se dé una enseñanza acorde con los requerimientos que necesitan este tipo de alumnos:
El curso debe tener pocos alumnos.
No debe estar masificado.
El instructor debe individualizar las clases. Individualizando las clases, cualquiera puede apuntarse al curso en cualquier momento de la temporada. No siendo obligatorio empezar en un determinado mes del curso.
El entorno deber ser lo más tranquilo posible, o dicho de otra manera, que no haya demasiado ruido ambiente.
El método tiene que proporcionar al instructor experto las herramientas necesarias para resolver los problemas que le presenten sus alumnos.
Debe respetar el ritmo de aprendizaje de cada alumno.
No debe forzar demasiado con algunos ejercicios difíciles.
Debe desmenuzar cada ejercicio para que sea bien asimilado y comprendido por el alumno.
El instructor debe meterse en el agua con los alumnos siempre que sea necesario.
El instructor debe inspirar confianza.
Debe ser muy paciente.
Debe estar muy atento a cada detalle en el desarrollo de las clases.
Debe ser comprensivo y tener en cuenta las circunstancias personales de cada alumno, sus necesidades, motivaciones, etc.
En fin, se deben dar una serie de factores, extrínsecos e intrínsecos, que confluyan todos en el objetivo de facilitar lo más posible el aprendizaje al alumno para que supere el miedo al agua aprendiendo a nadar.
– Espero que te haya sido útil este artículo y nuestra web al saber que puedes constatar, paso a paso, con nuestro MÉTODO NSM ( que incluye 3 flotaciones verticales ) cómo vas venciendo tu propio miedo al agua y, al mismo tiempo, ir comprobando cómo vas disfrutando cada vez más y mejorando tu dominio del medio acuático.
– Puede que tengas algún centro de natación cerca pero si no estás seguro de lo que ofrecen o no te convencen sus condiciones pregúntanos cualquier duda que tengas, y si quieres apuntarte a nuestros cursos puedes hacerlo en cualquier momento del mes en curso o de la temporada.
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Muchas gracias por tu atención
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