Casi todos los testimonios que me han llegado de personas que no saben nadar creen que no flotan. Resulta bastante chocante esta creencia puesto que la experiencia empírica nos demuestra todo lo contrario: todo el mundo flota. Es algo que se puede comprobar, simplemente, observando a los demás.
Pero aunque el individuo, que cree que no flota, vea a otros flotando, seguirá creyendo que él no flota. Es decir, él cree que es un bicho raro y los demás son gente con extraordinarias cualidades de flotación.
Voy a aprovechar este artículo para demostrar que todo el mundo flota. Si alguien que esté leyendo este artículo cree que no flota espero que le sirva para eliminar ese prejuicio.
Hay factores físicos endógenos y exógenos que capacitan de forma natural al ser humano a flotar. Otro factor es el psicológico, que dependiendo de si es positivo o negativo lo capacita o lo incapacita.
Pero antes de explicar estos factores vamos a definir lo que es la flotabilidad: Es la capacidad de flotación que posee un cuerpo, cuando está parado, para sostenerse en el agua sin hundirse.
– Teniendo en cuenta esta definición vamos a describir los factores que intervienen en la capacidad de flotación del cuerpo humano:
*Factores endógenos: Son los intrínsecos a la propia naturaleza del cuerpo humano.
La densidad, el sexo, la cantidad de grasa, la distribución de la grasa, la colocación del cuerpo, las posición de los segmentos corporales, la cantidad de aire en los pulmones, el estado de relajación.
*Factores exógenos: La densidad del agua, la fuerza de la gravedad, la profundidad, la temperatura del agua.
Todos estos factores se encuentran en mayor o menor medida en el cuerpo humano ( los endógenos ) y en la naturaleza ( los exógenos ). Por lo que, si bien, el cuerpo humano flota, no lo va a hacer de la misma manera. Es decir, el concepto de flotación no varía, porque todos flotamos. Pero el concepto de flotabilidad sí varía porque, si bien, todos flotamos, unos individuos flotan más y otros menos.
No obstante, el principal factor que determina si un cuerpo flota o se hunde es su densidad con respecto a la del líquido en que se sumerge. Si consideramos un cubo de hielo, cuya densidad es igual a 0,90 o la del cuerpo humano = 0,95 flotarán en el agua, ya que su densidad es menor a 1, pero se hundirán en alcohol ya que la densidad del alcohol es de 0,8.
En conclusión, los objetos se hunden cuando su densidad es mayor a la densidad del líquido en el que se sumergen, o dicho al contrario, los objetos flotan si su densidad es menor con respecto a la del líquido en el que se sumergen.
También hay que tener en cuenta que la densidad es variable en función de si estamos en inspiración o espiración. Si inspiramos disminuye la densidad por debajo de 0,95 por lo que flotaremos aún más pero si espiramos profundamente aumentará la densidad corporal por encima de 1 por lo que no flotaremos.
Independientemente de la densidad vamos a ver qué hace que nuestra flotabilidad sea mayor o menor, es decir, qué hace que flotemos más o menos.
– Teniendo en cuenta los factores endógenos podemos comprobar que:
La cantidad de grasa corporal general hace que flotemos más con mucha grasa o menos si tenemos poca grasa.
Así mismo, la distribución de la grasa hace que una parte de nuestro cuerpo flote más o menos que la de otra parte. Por ejemplo, las piernas suelen tener poca grasa, por eso es muy típico ver cómo se nos hunden las piernas pero no el pecho, porque en él están los pulmones que contienen el aire que permiten que se mantenga a flote.
La colocación del cuerpo. No flotaremos igual si lo hacemos con el cuerpo tumbado horizontalmente que si está vertical. Ni tampoco flotaremos igual si el cuerpo está agrupado, en posición fetal.
La posición de los segmentos corporales. La flotabilidad varía si las piernas están encogidas o estiradas en posición vertical, o si en esta posición la cabeza está alineada con la espalda o en hiperextensión ( cabeza echada hacia atrás ) o si los brazos están detrás de la cabeza o delante. O estando tumbados boca arriba, intentamos levantar las piernas al plano vertical.
La cantidad de aire en los pulmones. Si tenemos los pulmones llenos de aire flotaremos más y si los vaciamos un poco flotaremos menos.
El estado de relajación. A mayor estado de relajación mayor flotación, a menor relajación o rigidez muscular, menor flotación.
El sexo. La naturaleza sexual del individuo influye en su flotabilidad. En general, las mujeres poseen una mayor flotabilidad que los hombres porque tienen más grasa corporal en todo su cuerpo, pesan menos, los huesos son menos densos y están menos musculadas. Incluso las más delgadas poseen un mínimo de grasa corporal general que los hombres delgados ( somatotipo ectomorfo = tipo delgado, alto, de poca grasa corporal ) no tienen.
– Los factores exógenos:
La densidad del agua. A mayor densidad del agua mayor capacidad de flotación. Por ejemplo, todos sabemos que se flota más en el mar, ya que la densidad del agua del mar, debido a la sal, es mayor que la de los espacios acuáticos con agua dulce, como los ríos, las piscinas, etc.
La fuerza de la gravedad. Esta fuerza es menor en el agua. De manera que al meternos en el agua disminuye el peso de nuestro cuerpo un 90% menos.
La profundidad. A mayor profundidad mayor flotabilidad, debido al empuje ( fuerza de flotación ) que ejercer el agua hacia arriba. Por lo tanto, a mayor profundidad mayor masa de agua, por lo que el empuje es mayor.
La temperatura del agua. El agua fría permite una mayor flotabilidad que el agua caliente, debido a que el frío aumenta la densidad del agua ( las moléculas en agua fría están más juntas ).
– El factor psicológico: El miedo al agua
Más allá de todos los elementos presentes en la naturaleza que nos permiten flotar, tenemos que tener en cuenta también el factor psicológico, que puede echar por tierra todo lo demás. Ya que, aunque sepamos que flotamos desde un punto de vista empírico y científico, el hecho es que si tenemos miedo a flotar impide que podamos flotar, por mucho que la naturaleza o los datos empíricos nos demuestren lo contrario.
La sensación que produce la flotación es de ingravidez, ligereza, como estar flotando en el aire, sin ningún soporte sólido ni asidero que nos dé seguridad. En realidad el agua nos sostiene, no necesitamos agarrarnos o sostenernos sobre algo sólido, pero el miedo impide racionalizarlo.
Aquí es donde entra el aprendizaje y aquí es donde entramos nosotros con nuestro método NSM para vencer ese miedo a flotar en el agua.
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